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| "Fred Olsen", 2008 |
[Ex] Implicaciones (english above)
“El viaje y su representación
gráfica” podría ser el título de una colaboración protocolaria, marcada por las
circunstancias, pero no estamos ante un proyecto que se pueda prologar desde la
mera cortesía institucional. El nivel de implicación emocional entre todos los
protagonistas –también el mío con ellos – ha sido grande, consecuencia de que,
en el fondo, el proyecto surge de un impulso, una intuición compartida y la
sintonía entre viajeros. No se pueden ignorar las vivencias y la implicación
personal que han convertido en realidad un episodio no esperado, surgido en
medio de otro viaje: el conocimiento de los artistas en un momento de
confluencia de hábitos pretéritos y nuevos comportamientos nacidos de
circunstancias vitales intensas. Sentirse partícipe de este viaje creativo,
asistente y promotor, lleva a rechazar de plano la posibilidad de intentar un
relato histórico sobre la evolución de la literatura periegética, el grand tour o el viaje científico, o
reflexionar sobre el modo en el que la fotografía sustituyó a la pintura en la
función auxiliar de proporcionar la imagen donde se registran las impresiones
viajeras, o la ilustración de los relatos; temática por otro lado muy querida,
que habitualmente abordo dentro de la asignatura de Patrimonio Cultural que
imparto en la titulación de Turismo en la Universidad Carlos III de Madrid.
Pero estamos ante una trama
compleja, producto de la ligazón de circunstancias muy diferentes: un viaje a
Madrid para visitar ARCO’08, el encuentro con Luis Pérez Mínguez -nos presenta
Manuel Pérez Milián- y la invitación de Luz Caballero a exponer “No me olvides”
en Gran Canaria Espacio Digital. Esta muestra suponía el primer viaje del
fotógrafo después de una etapa de ensimismamiento, viaje interior y evasión de
tinieblas, estimulado por la ilusión de reencontrarse con el mar; viaje de Luis
a Gran Canaria con su compañero de anteriores viajes creativos, Antoni Socías,
a quien comienzo a conocer entonces. Antoni actúa como asistente y testigo de
la recuperación progresiva de Luis para nuevos viajes, desde el mundo analógico
al digital, a través de internet, nuevo laboratorio de producción participada
de las imágenes que recoge este libro.
De aquella primera estancia en
Gran Canaria surgió la motivación para otros proyectos: la ilusión de otros
viajes que, como ResNou, conduzcan a un libro de viaje centrado en sus
respectivas vivencias de Canarias, en la vivencia y escenificación de sus
correspondientes proyectos creativos, solos o compartidos, ligados por una
sólida amistad. Pronto surge un efecto retroactivo entre todos los que
compartimos un proyecto que desde su origen mismo se inserta en el
descubrimiento: para Luis supone su introducción en el mundo de la fotografía
digital, para Antoni el descubrimiento de nuevos spots para protagonizar sus últimas diez muertes. Para Manuel Pérez
Milián, una ocasión de insertar el viaje creativo en la órbita de la gestión
cultural. Esta singladura insular se repite unos meses después. Todos
descubrimos el afecto de los otros y una suerte de hermandad liberadora de
convenciones artísticas; una complicidad con la mirada de viajeros tan poco
habituales. Asisto con Luz Caballero a la visualización de una parte del
material procedente del primer viaje, ya elaborado.
La obra de Antoni Socías y Luis
Pérez Mínguez nos habla, sin duda, de Representación, de una representación
inclusiva, autobiográfica, generadora de una obra auto referencial: el
fotógrafo es parte de la escena. Resulta soberbia la re-utilización contemporánea
del recurso clásico del “paisaje con figuras”, entendido ahora como desapego
frente a los tópicos de la representación y desde una actitud inclusiva de la
figura del artista dentro de la propia obra, tanto a nivel de soporte físico
como de soporte conceptual. Da igual quién toma la fotografía, uno, otro o un
tercero. La fotografía es una fusión con el espacio y con las figuras que lo
pueblan; comunicación y descubrimiento de texturas, matices, luces y sombras,
contrastes, caracteres, gestos, diálogo..., relato ajeno a las convenciones. La
fotografía y la actitud vital convertidas en agentes liberadores de esquemas
clásicos y neoclásicos desarrollados durante el último siglo; Antoni Socías y
Luis Pérez Mínguez nada tienen que ver con la función notarial de la
fotografía, pues la representación de un viaje va más allá de la derivación
documental de éste, aunque lógicamente la fotografía genera un documento en el
que los agentes son a la vez sujetos y protagonistas activos dentro de los
documentos que generan; unos documentos plenos de imagen y vivencias y del
propio proceso de trabajo. En ningún momento se ha querido dar al proyecto un
cariz documental convencional, ni una visión cercana tipológica o costumbrista.
Muy al contrario, nadaNUEVO2 podría muy bien extrapolarse a cualquier
otro lugar del mundo... porque es un clara y rotunda abstracción de las formas
y los conceptos. Lógicamente, si aparecen las dunas desérticas del sur de Gran
Canaria, son esas y no otras, y eso es lo que lo hará atractivo en parte a los
canarios, pero también a quienes las han transitado o sueñan con visitarlas. La
obra en su conjunto se sustenta sobre la idea fundamental del (los) artista
(as) -y su proceso- como verdadero(s) actor(es) de la obra generada en un
espacio que bien podía calificarse como virtual.
Se ha dado una vuelta de tuerca
a situaciones reales que se apoyan en el mundo virtual que construimos. Y en
estas coordenadas de una cartografía inédita, emerge la visión de dos
extraterrestres en un mundo nuevo y a la vez tan convencional, plagado de
elementos contradictorios y resortes de acoplamiento y re-ajuste provenientes
de influencias severas como la globalización, el turismo, la facilidad con la
que nos movemos todos en la actualidad, la facilidad de fotografiar y difundir
las imágenes, etc... Una llamada de atención sobre el riesgo de perder la
capacidad de ser diversos o pintorescos, aunque estamos seguros de que el motor
esencial que activa el deseo, la necesidad del viaje, tiene que ser otro; no se
encuentra en el destino, sino en la huida del origen, en la necesidad de
situarse en un escenario lejano para enfrentarse con la imagen que le arroja
otro espejo, desde la certidumbre de ser una figura superflua en un paisaje
diferente, con otras figuras. Si no, qué valor tiene la drástica sentencia de
Fernando Pessoa con referencia al viaje: “donde quiera que vayas, te
encontrarás siempre a ti mismo”, especialmente lúcida viniendo de alguien que
no se movió jamás de la Rua das Artes Gráficas de Lisboa, pero que viajó mental/literariamente
por los más bellos rincones del planeta, unas generaciones después de la
eclosión viajera de los “curiosos impertinentes” británicos que, con su
saloncito a cuestas suscitaban el sentir pintoresco entre quienes los sentían
parte excéntrica de su paisaje cotidiano.
El diálogo fotográfico es
permanente entre los dos creadores y, a su vez, con el entorno en el que
capturaron imágenes y en el que ahora las despliegan, en pleno proceso de
reescritura del viaje. Las imágenes, como la escritura, se reelaboran: dos
ordenadores, uno en Palma de Mallorca, otro en Madrid; la imagen y la palabra,
el diálogo en la construcción de la obra. También Madrid, Palma de Mallorca y
Gran Canaria, nosotros también asistimos a la recepción anticipada de los resultados,
textos compartidos, inicio de la post-producción, preparativos para la
impresión..., tensamos el arco espacio-tiempo y participamos de una convicción,
de una imagen común, transitamos una misma fotografía.
Nos sentimos desnudos ante la
mirada de dos fotógrafos que entienden el arte como representación y
representan al arte como protagonista de un viaje presidido por una actitud
ética imperturbable ante el devaneo aleatorio y gris en el que se mueve el
sistema del arte en la actualidad. Profundidad frente a retórica, aunque ésta
última lo invade todo; respeto al libre quehacer creativo desde la institución
museo, cuando el régimen funcionarial ya parecía haberse apoderado del sistema
y todo el estamento parecía haber asfixiado a la figura del libre pensamiento y
la creación; de ahí que, frente a la ingente cantidad de obra prescindible,
este viaje nos abre la posibilidad de encontrar alternativas a la forma errónea
de comunicar los valores del arte. En definitiva, una vía para superar la
confusión desde la autenticidad y el compromiso de (con) los creadores.
Federico
Castro Morales
Consejero
delegado del CAAM
[Ex]
Implications
“A journey and its graphic representation” might well have been the
title of this foreword, obviously adapted to the particular circumstances, yet
this is not a project to be perfunctorily dispatched with a purely protocolary
introduction. The emotional investment of all those involved—and indeed of mine
with them—was intense. This is because the project came about from a common
impetus, a shared intuition and an agreement between fellow travellers. One
cannot overlook the experiences and personal implications which have turned an
unexpected episode, suddenly suggested during another journey, into a reality:
when two artists met each other at a moment when past habits and new behaviours
converged as a result of the circumstances of life. Feeling that you are part
of this creative journey, at once witness and patron, forces you to reject
outright the option of outlining a historical overview of the evolution of
periegetic literature, the grand tour
or the scientific expedition, or of examining how painting was gradually
replaced by photography in its mission of providing the image that would record
impressions or illustrate stories of journeys. On the other hand, this is a
subject close to my heart, and one I regularly address as a lecturer in
Cultural Heritage for the Tourism degree course at Universidad Carlos III in
Madrid.
However, the circumstances that have led us here are convoluted. In
fact, it is a coming together of disparate incidences: a trip to the ARCOmadrid
art fair in 2008; meeting with Luis Pérez-Mínguez, who was introduced to me by
Manuel Pérez Milián; and an invitation from Luz Caballero to exhibit “No me
olvides” [Don’t Forget about Me] at Gran Canaria Espacio Digital. Excited by
the idea of returning to the sea, this show was the photographer’s first trip
after a long period of self-absorption, inner voyage and an escape from
darkness. Luis came to Gran Canaria with Antoni Socías, his former travelling
companion from other creative journeys, who I really began to know better at
that moment. Antoni is both an assistant and a witness of Luis’ progressive
recovery for new journeys, from the analogue to the digital, through Internet,
a new laboratory of shared production of the images contained in this book.
The
first visit to Gran Canaria motivated new projects: the idea for other journeys
which, like Resnou, led to a travel book focused on his personal
experiences in the Canary Islands, on the experience and development of the
corresponding creative projects, whether individual or joint, tied together by
a solid friendship. A retroactive effect soon emerged among all those who share
in a project which, from the very beginning, was a process of discovery: an
initiation into the world of digital photography for Luis, whilst in the case
of Antoni it was a chance to discover new spots
for his ten latest deaths. For Manuel Pérez Milián, this is an opportunity to
introduce the creative journey into the field of cultural management. A few
months later this journey through the islands is repeated. And we all discover
the affection of the others and a sort of brotherhood that freed us from
artistic conventions; a common gaze shared by such different fellow travellers.
Together with Luz Caballero I viewed a part of the material from the first
journey which had already been produced.
The
work by Antoni Socías and Luis Pérez-Mínguez undoubtedly addresses issues of
Representation: an inclusive, autobiographical representation which produces a
self-referential work in which the photographer is part of the scene. The
contemporary re-use of the typical recourse to “landscape with figures” is
superb; now understood as an indifference to clichés of representation and from
an inclusive behaviour of the artist within the work itself, both from the point
of view of physical and conceptual media. It does not matter who is taking the
photograph, one or the other, or even a third party. Photography is a
combination of space with its inhabiting figures; a communication and discovery
of textures, nuances, lights and shadows, contrasts, characters, gestures,
dialogue..., a story unfettered by conventions. Photography and a way of
approaching life turned into elements breaking free from the classic and
neoclassic constraints set in place over the last century. Antoni Socías and
Luis Pérez-Mínguez have nothing to do with photography’s function as a register
because representing a journey is much more than documentary evidence, though
photography obviously does produce a register where the agents are both subjects
and active players within the documents they generate; documents replete with
images and experiences and of the process of work itself. There was never any
intention to address the project from a conventional documentary optic, nor
focus it as a typological or genre scene. On the contrary, nadaNUEVO2
could be extrapolated to any place in the world... because it is a clear and
categorical abstraction of forms and concepts. Obviously, if the desert dunes
in the south of Gran Canaria are depicted, this means they are these particular
dunes and no others, and this will partly make them attractive to the
inhabitants of Gran Canaria and also to those who have seen them or wished to
visit them. The whole work revolves around the essential idea of the artist(s)—and
their process—as real character(s) of the work created in a space which could
be labelled as a virtual space.
A
fresh perspective has been brought to real situations built on the foundations
of the virtual world we are constructing. And in these coordinates of
unprecedented cartography, the vision of two aliens emerges in a new and at
once conventional world, plagued with contradictory elements and means of
coupling and adjusting derived from relentless influences such as
globalization, tourism, the modern ease of movement, the ubiquity of
photographs and distributing images, etc... Calling attention to the risk of
losing the capacity for diversity or picturesqueness, though we are sure that
the essential drive activating desire, the need to travel, has to be different;
it cannot be found in the destination, but in the escape from the point of
departure, in the need to be in a faraway place to face the image reflected in
another mirror, from the certainty of being superfluous in a different
landscape, with other figures. Otherwise, what’s the point of such a radical
statement by Fernando Pessoa when referring to the journey?: “wherever you go,
you will always find yourself”, a specially perceptive comment considering that
Pessoa himself never moved from Rua das Artes Gráficas in Lisbon, though he
mentally and literary travelled to the most beautiful spots of the world, a few
generations after the travelling craze of those British “impertinent onlookers”
who, carrying their sitting-room on their backs, aroused a picturesque feeling
among those who saw them as an eccentric part of their everyday landscape.
There
is an ongoing photographic dialogue between the two creators, and at the same
time with the place where the images were taken and which is now used to
showcase them in a whole process of re-writing the journey. Images, like
writing, are re-elaborated: two computers, one in Palma de Mallorca, the other
in Madrid; image and word, a dialogue in the making of the work. Also Madrid, Palma de Mallorca and Gran Canaria. We also attended the preliminary reception of the results, shared texts,
the beginning of post-production, the preparation for printing..., we stretched
the space-time continuum and shared a conviction, a common image, we explored
the same photograph.
We
feel naked before the gaze of two photographers who understand art as depiction
and depict art as a centrepiece of a journey grounded in an impassive ethical
behaviour in the face of the random, uncertain path being taken by the current
art system. Profundity versus rhetoric, though the former can pervade
everything; respect for the free creative work from the museum as institution,
when the administrative regime seemed to have taken over the system and the
whole stratum seemed to have strangled the idea of free thinking and creation.
Thus, opposed to the huge amount of unnecessary works, this journey opens a
possibility of finding alternatives to the misguided way of communicating the
values of art. In short, a path to leave confusion behind from the authenticity
and commitment of (with) creators.
Federico
Castro Morales
Chief
Executive Officer, CAAM
